Thelma Camilo Rosa llegó a San Cristóbal a comienzos de la segunda mitad de los años 50 procedente de San Francisco de Macorís, como estudiante interna de la Escuela Normal del Magisterio Primario Urbano José Trujillo Monagas, que formaba maestros.
Para entonces era una adolescente estudiosa e inquieta y sus padres entendieron que, ingresándola allí, a más de satisfacer sus deseos de estudiar para convertirse en maestra, la protegían, pues ya daba señales de su antitrujillismo, tras el arrebato de una valiosa finca a uno de sus hermanos para complacencia del tirano.
Curiosamente, le tocó sustituir como profesora a José Francisco Peña Gómez, quien después de terminar sus obligaciones como maestro del 8vo curso el año escolar 1960-1961 en la escuela primaria de varones, se integró al PRD desde que llegó la avanzada de dicho partido a principios Julio y ya no regresó a la escuela, de modo que le tocó a Thelma Camilo Rosa ser mi maestra del 8vo curso y no a José Francisco Peña Gómez, como estaba pautado.
En San Cristóbal conoció al profesor Braulio Peñaló, con quien sostuvo un noviazgo envidiable. Recuerdo haberlos visto caminar bajo la lluvia tomados de la mano sin que esta pareciera perturbar su ensoñación. Poco tiempo después contrajeron nupcias, llegando a procrear cuatro hijos.

Su sólida formación, entusiasmo y dedicación hicieron que su labor trascendiera y tan pronto terminó el año escolar, la profesora Dora Sturla, a la sazón directora del Liceo Secundario Manuel María Valencia, la conquistó, llevándola como profesora de diferentes materias en los cuatro años del bachillerato. Allí de nuevo la tuve como maestra, y poco después de mi egreso del plantel como bachiller, la profesora Thelma Camilo Rosa fue nombrada directora del mismo.
Unos años después fue trasladada a la sede central de la Secretaría de Educación, situación que aprovechó para mudarse a Santo Domingo e iniciar en la UASD la carrera de Psicología, motivada sobre todo por los destacados profesores Enerio Rodríguez y Tirso Mejía Ricart. Su excelente desempeño como estudiante motivó que fuera nombrada profesora de la Escuela de Psicología tan pronto se invistió como licenciada en psicología y allí permaneció en calidad de docente por 30 años.
Su labor de técnica en la Secretaría de Educación en las mañanas y de estudiante y luego profesora de Psicología en la UASD durante las tardes, no impidió en absoluto que fuera una madre amorosa y dedicada a la crianza y educación de sus cuatro hijos, aún después de la ruptura de su matrimonio. Procuró dedicarles tiempo de calidad aunque no fueran grandes los espacios temporales que podía pasar con ellos durante el día, pero que se empeñaba en compensar durante la noche, antes de que se durmieran.
Sin que naciera en San Cristóbal realizó allí una gran labor educativa que iba más allá de la simple enseñanza en el aula. Se preocupaba por los hogares de sus alumnos e intercedía en los conflictos para evitar que emocionalmente afectaran a sus alumnos. Buscó ayuda económica muchas veces entre los comerciantes del pueblo para favorecer a los estudiantes que sabía iban a la escuela en ocasiones sin desayunar y no tenían posibilidades de adquirir los libros de texto.
No solo fue una excelente maestra, sino que además fue una guía y sostén para sus alumnos que así lo requerían. Nos acompañó en primera fila cuando salíamos de la escuela haciendo protestas por los abusos políticos de la época y a la hora de las bombas, no huía de estas, sino que corría de un lado a otro protegiendo a sus muchachos.
Ahora que se proyectan numerosas actividades durante la celebración del segundo centenario de la creación de San Cristóbal, me parece justo que se le haga un reconocimiento a la profesora Thelma Camilo Rosa a la altura de sus merecimientos. Y más justo es el reconocimiento que propongo, si tomamos en cuenta que las principales autoridades de la ciudad fueron sus alumnos.