En un país como la República Dominicana en donde su Constitución lo define como un Estado Social, Democrático de Derecho, fundamentado en el respeto a la dignidad de las personas, nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a violentarle sus derechos fundamentales.
Por más deseos y necesidad que se tenga de desarrollar este país a través de la seducción de la inversión extranjera y otras estrategias, jamás se debe permitir que el irrespeto y la desconsideración foránea laceren nuestra dignidad como nación y la de nuestros conciudadanos.
El acto desagradable que presencie el pasado fin de semana en el Aeropuerto Internacional de las Américas mientras despedía a mi esposa, hija y cuñada que iban de viaje de turismo hacia los Estados Unidos de América, es totalmente indignante e inaceptable .
Lo escenificado allí fue terrible, el irrespeto a la dignidad humana y a los derechos fundamentales no tuvo parangón de parte de varias líneas aéreas, específicamente, Jet Blue y American Airlines.
Estas empresas de factura internacional tuvieron el tupe esa noche de cancelar dos horas antes, sin previa notificación a los pasajeros ni a la agencia de viaje que vendió los tickets, dos vuelos hacia USA, sin dar ningún tipo de explicación.
Decenas de personas se quedaron varadas e impotentes y la respuesta a este abuso de parte de Jet Blue, ya cerca de las 12 de la noche, saben ustedes cuál fue queridos lectores: distribuir a todos esos pasajeros en los vuelos programados para el día siguiente en los Aeropuertos de Puerto Plata, Santiago y Punta Cana. ¡Que barbaros!, cuanta falta de respeto.
Según pude escuchar, esa es una conducta reiterada de esa línea aérea, y nadie aquí ni allá, es capaz de llamarla a capitulo y hacerle entender que la imagen internacional y la dignidad de las personas en este país debe respetarse.
Aquí en este país por más bananero que desde fuera nos crean, no se debe tolerar que esas líneas aéreas hagan y deshagan lo que les venga en ganas en nuestro territorio y nadie le diga nada, ni las autoridades que las regulan ni el Gobierno central. Es la imagen y la marca de la República Dominicana la que se afecta. O es que a nadie en este Gobierno eso le importa?.