La “bipolaridad” política de Vargas Llosa

La bipolaridad se define como un “trastorno mental que puede ser crónico o episódico. Puede ocasionar cambios inusuales, a menudo extremos y fluctuantes en el estado de ánimo, el nivel de energía y de actividad, y la concentración”, según refiere el instituto nacional de salud mental de EEUU en su página de Internet.

“Todas las personas tienen altibajos normales, pero el trastorno bipolar es diferente. La variedad de cambios en el estado de ánimo puede ir de un extremo a otro”, agrega.

En el caso que nos amerita el concepto de bipolaridad lo aplicaré a la política, políticos e intelectuales como una forma de describir los cambios abruptos de personalidad pública, en algunos de sus escritos (en particular periódicos), en la toma de decisiones y los estados de ánimo de un político o intelectual al interactuar públicamente con otros políticos o intelectuales o representantes de gobiernos.

¿Y qué tiene que ver el premio Nobel de literatura español Vargas Llosa con esto? Pues veamos:

El 24 de junio pasado (harán unos dos meses) en la ciudad española de Melilla, frontera con Marruecos, y donde existe una valla en la frontera (sí, igual que en los EEUU e Israel), se realizó un asalto masivo de entre 500 y 2,000 personas de origen africano que escapaban de los conflictos armados de sus lugares de origen, en la madrugada del mismo día para cruzar la frontera con España.

“En la disputa de cifras sobre las víctimas, según las fuentes oficiales marroquíes el balance fue de 23 inmigrantes y 2 gendarmes muertos y otros 76 inmigrantes y 140 gendarmes heridos. En cambio, algunas ONG y diversos medios de comunicación elevaron la cifra de migrantes fallecidos hasta 37 o la cuarentena y exigieron investigaciones contra la desproporcionada brutalidad policial ejercida.

Si se toma la última cifra de 37 muertes, este suceso se trataría de la tragedia con más muertes ocurrida en la frontera terrestre entre la Unión Europea y el Magreb” (Wikipedia). Por cierto, por estos lares ni nos enteramos de esto. ¡Ay! de nosotros si eso pasa en nuestra frontera.

En un artículo del 28 de junio de este año (cuatro días después de la masacre) Luis Gonzalo Segura (exteniente del Ejército de Tierra de España) se preguntaba lo siguiente: “¿Y si no somos tan diferentes a los nazis? Lo que dice la tragedia en la valla de Melilla sobre Europa, España y la humanidad.”

Y nos recordaba: “…Porque aquello de los guardias civiles que disparaban pelotas de goma a migrantes que nadaban mientras se ahogaban en la playa del Tarajal es un episodio que España no quiere que se repita… en España…”.

Llegado este punto es bueno recordar que nuestro “admirado” premio Nobel de literatura español Vargas Llosa el 2 de noviembre del 2013 en un artículo en el periódico español El País titulado “Los parias del Caribe” nos acusaba de ser nazis.

Hasta dónde llega mi conocimiento el premio Nobel español no se ha pronunciado a la fecha sobre la masacre de Melilla (ni a otras similares ocurridas en la “culta y civilizada Europa”). Y la razón de esto se debe a lo que he dado en llamar la bipolaridad política, una cosa es el escritor de novelas o libros que todos admiramos y otra es desinformar en los periódicos.

En las novelas o libros él se declara en contra del nacionalismo y la religión, en los periódicos el ataca a un país, pero guarda silencio respecto a otros. Me imagino la cara del Rey de España o de su presidente si Vargas Llosa escribiera un artículo criticando lo sucedido en Melilla y llamando nazis al pueblo y gobierno español. Puerco no se rasca en Javilla.

También me gustaría saber que haría el gobierno español si secuestraran y/o mataran a uno de sus ciudadanos en otro país, o atentaran contra su presidente en visita a otro país (por ejemplo, Marruecos). Dejo la respuesta en manos del lector.

Por último, el físico y filósofo Mario Bunge, ya fallecido, en su libro 100 ideas del 2006 (idea número 96) nos dice:

“…años después apareció su alucinante novela política La fiesta del chivo, con la que mi gran tocayo se redimió. Por favor, Vargas Llosa, siga regalándonos su imaginación y su estilo únicos…Siga usted enriqueciendo a la cultura mientras los neoliberales de profesión atontan a los inocentes y empobrecen a los pobres.” Es cuánto.