El servicio de pilotos prácticos de puertos es uno de los más importantes que se realiza de forma discreta en el país en favor de la economía de la nación, por lo que se considera un trabajo nodal y de seguridad para el engranaje comercial en todos los sentidos.
Regulado en principio por la ley 3003 y luego por la ley 70 de 1970 que creó la Autoridad Portuaria Dominicana, es un trabajo de conocimiento continuo y silencioso pero enorme y estruendoso cuando por cualquier razón presenta signos de estancamiento o imposibilidad de realizarse.
Los Prácticos de Puertos son personas con vasta experiencia y conocimientos en los diferentes canales marítimos que tiene el territorio dominicano para la entrada de buques, tomando como referencia el calado que es la distancia de profundidad de la estructura sumergida, conocida como la obra viva de estos para facilitar el acceso a los diferentes puertos de la nación.
Las leyes enunciadas anteriormente, además de regular y hacer efectivo el pago de impuestos por el tiempo que deben permanecer los diferentes buques y aeronaves en puertos y aeropuertos de acuerdo a unas variables preestablecidas en el caso de los buques, como son toneladas, calados y eslora, también ordena el uso de los prácticos para el proceso de amarres y desamarres de esas unidades con las mayores garantías posibles que eviten accidentes y generen seguridad a embarcaciones, tripulaciones, personal en tierra e instalaciones marítimas y portuarias.
Desde hace mucho tiempo ha habido sectores interesados en la privatización de este servicio, llegando al punto de maniobras ocultas y sorprendentes como la última ley de comercio marítimo que ha sido introducida al congreso nacional, en donde colocan artículos relacionados con el servicio de pilotaje y en donde se les exige a personas que tienen hasta 40 años realizando este tipo de trabajo, que deben tener ciertas calidades para brindarlo o caerían en una especie de usurpación de funciones. Válgame Cristo!!.
Siempre es bueno mejorar los niveles académicos de los seres humanos, pero la forma de como se hacen las cosas muchas veces genera todo un mar de conjeturas y mas que eso muchos temores que pudieran verse interpretados como intentos de eliminar la matrícula de pilotos prácticos con quien sabe cuál fin o manipular para buscar retener los pagos de estos y manejarlos con otros criterios.
A veces se auspician situaciones interesadas para provocar disturbios como aquel que ocurrió en 1993, en donde se puso a circular la especie de que los prácticos iban a paralizar los puertos como presión para que se conociera su solicitud de actualización de tarifas pagadas por los servicios que brindaban.
Esta acción desembocó en que el entonces director de la Portuaria, solicitara a la entonces Jefatura de Estado Mayor de la MdeG (hoy Armada de RD.) el envío de unos 9 o 10 Oficiales Navales, quienes serian asignados a los diferentes puertos del país como ayudantes de Pilotos y así para crearle un contrapeso a los propios prácticos.
Una vez se produjo cambio de administración en la Autoridad Portuaria, esa idea se cayó y los Oficiales Navales fueron regresados a sus diferentes comandos y el proyecto se archivó y no hubo tal huelga (porque no la puede haber ya que los pilotos saben muy bien lo que representa para República Dominicana el trabajo que hacen).
Otros eventos relacionados provocaron en su momento, cancelaciones de Pilotos con más de 20 años de servicio, simplemente porque eran los voceros de la Asociación Nacional de Pilotos Prácticos de Puertos, como una franca amenaza y llamada a la sumisión total al servicio considerado de Seguridad Nacional, cada vez que se intentaba reclamar cualquier tipo de reivindicación laboral por parte de estos.
Algo que si es bueno recalcar es el enorme riesgo al que se ven sometidos los prácticos al realizar este trabajo, pues muchas veces deben salir en su pequeña lancha de pilotos para abordar los buques a unas dos o tres millas mar afuera, en un ambiente bastante peligroso por el oleaje y las fuertes marejadas para poder orientar la embarcación a través de las boyas marinas colocadas en los canales con sus luces verdes y rojas que indican el camino de entrada y la enfilación de la proa (parte delantera) a los puntos de referencia en tierra que muestran el sendero.
Conocemos historias de pilotos que han caído al mar en el intento de abordaje, de otros que no han podido bajar luego de sacar el buque desde el puerto y han tenido que seguir con el mismo barco a su siguiente destino, regresando vía aérea al país. Todo eso con un entrenamiento forjado por muchos años como ayudantes y que luego pasan (de acuerdo con las necesidades y disponibilidades de plazas) a convertirse por nombramiento en prácticos pilotos de puertos.
Es necesario que se comprenda que este servicio es vital para el país ya que toda la mercancía que entra o sale vía marítima requiere de sus servicios y que con el mismo no se debe jugar para no comprometer la maquinaria de desarrollo que motorizan de forma digna y honorable los hombres que llevan ese uniforme.