Cientos de feligreses se dieron cita ayer a la marcha «Un paso por la familia», que en esta ocasión se realizó bajo el lema: «Unidos en oración por una mejor nación», mostrando el valor y el amor por la familia.
Pancartas y pequeños letreros que decían «por la vida», «humildad» y «por el amor» se observaron en el lugar. Camisetas alusivas a la actividad, y unidos a una sola voz decían «yo camino por mi familia».
Familias con sus mascotas y hermanas religiosas se unieron para decirle «sí a la vida», motivados por sus seres queridos, y los valores de la esperanza, paz, paciencia, prudencia, respeto, el perdón, lealtad, fe, justicia, solidaridad, gratitud, la generosidad, fidelidad, honestidad, responsabilidad, confianza, tolerancia, fraternidad y la comunicación.
La religiosa hermana María Trinidad, junto a las Hermanas Carmelitas Teresas de San José, se dieron cita para marchar y celebrar por la familia.
«Yo marcho porque hoy se celebra el día de las familias. Me motivó a venir por los que tanto lo necesitan y que es un tesoro hoy para todas las familias», mencionó la hermana Trinidad, contenta por ser parte de impulsar la unión en los hogares.
Asimismo, Paula Gómez, motivada por su fe, se dirigió a caminar por su familia como cada año, con la ilusión y confianza en que sus peticiones han sido escuchadas. Se levanta por aquellos que han perdido las esperanzas y, además, exhortó a los jóvenes a alejarse de las calles y buscar a Dios.
«Vengo todos los años por mi familia y cuando vengo veo que mejoraría en mi familia, desde que doy el primer paso en las actividades de la iglesia cuando vengo a ‘Un paso por mi familia’. Vengo porque me operaron del brazo y le pedí al Señor que me sanara y en un retiro en el Estadio Olímpico pude mover mi brazo», explicó Gómez, alegre por la oportunidad de agradecer por las bendiciones que ha recibido en su vida.
Andrea Guerra mostró sus ojos llorosos de la alegría, pero al mismo tiempo triste, porque en esta ocasión dio un paso por sus familiares enfermos y el amor que siente por estos. Mencionó llegar desde la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en el sector Villa Juana de la capital.
«Estoy muy emocionada, aunque tengo seis años viniendo consecutivos y hoy vine sola porque mi familia no pudo venir; estaba uno de los niños enfermo y hoy vine por él y por mi mamá que está enferma», aseguró Guerra con los sentimientos a flor de piel.
Más humano
En el encuentro «Un paso por la familia», los envejecientes también fueron partícipes de esta experiencia. Tal fue el caso de la ama de casa, Alfonsa Rojas, quien se trasladó desde el Ensanche Luperón y, pese a tener 81 años de edad y los cartílagos desgastados, aún con su bastón no dejó de participar en la actividad que cada año celebra la iglesia católica.
Manifestó sentirse motivada no solo porque es fiel creyente, sino porque es el motor de su familia.
A su vez, Olga de la Rosa, quien con mucho esfuerzo lleva más de siete años participando en la marcha, en esta ocasión acompañada de su esposo y una nieta, dijo que camina por los enfermos y su familia.
Otra de las tantas devotas es Mercedes, quien realizó el recorrido junto a los miembros de su parroquia San Felipe Apóstol, en Villa Mella. El no asistir acompañada de sus seres queridos no la limitó a sentirse feliz, razón por la cual participó en la acostumbrada actividad.
A pesar de tener 55 años de edad y desde pequeño padecer de polio, Elvio Gutiérrez Santana, durante la caminata expresó que esa enfermedad le ha afectado los nervios, ocasionando una parálisis en la parte izquierda de su cuerpo. Sin embargo, esto no ha sido una razón para dejar de participar en la celebración por la familia, asegurando que le gusta asistir a estos eventos, puesto que «Jesús nos utiliza para hacer la obra».
Gutiérrez Santana manifestó que acudió a la caminata acompañado de los feligreses de la parroquia Espíritu Santo, en Villa Consuelo.
Sobre la caminata
La marcha inició desde la avenida George Washington; los católicos se congregaron para marchar hasta el parque Eugenio María de Hostos, donde se realizó una eucaristía presidida por Monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y Primado de América, acompañado por el obispo auxiliar, monseñor José Amable Durán Tineo, vicarios episcopales, sacerdotes, diáconos, movimientos apostólicos y entidades que trabajan en defensa de la familia.
Además, de manera simultánea, en otras ciudades de provincias como Santiago, Mao, Monte Cristi, Baní, Barahona, San Francisco de Macorís, San Juan de la Maguana, La Romana, San Pedro de Macorís, La Vega, La Altagracia y Puerto Plata, se realizó también la actividad en su décimo tercera versión.
Los religiosos estuvieron acompañados de las bandas de música, tocando villancicos y cantos católicos. Asimismo, de agentes de la Policía Nacional y de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), al igual que de la Fuerza Aérea, que en un helicóptero ondearon la bandera dominicana durante el trayecto.
Un paso por mi familia es una experiencia iniciada en la República Dominicana en el año 2012 por la Comisión Nacional de Familia (CNF), con el objetivo de resaltar los valores en la familia y luchar por la estabilidad familiar en la República Dominicana.