Por: Humberto Contreras Vidal , médico.
El diccionario de la lengua española contiene dos definiciones acerca del autismo. Lo define como un repliegue patológico de la personalidad sobre sí misma. Y también, como un trastorno que afecta la comunicación y a la interacción social, caracterizado por comportamiento de patrones restringidos, repetitivos y estereotipados.
Una consulta a COPILOT, inteligencia artificial (AI) de Microsoft, define el autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), como una condición del neurodesarrollo caracterizada por dificultades en la comunicación social, patrones de comportamiento repetitivo y variabilidad significativa en habilidades cognitivas y sensoriales.
La misma AI señala que el origen del autismo es complejo y multifactorial, y la ciencia actual lo entiende como el resultado de una interacción entre factores genéticos, epigenéticos y ambientales. Multifactorial significa que el origen del autismo tiene diferentes causas y en la actualidad sigue siendo un tema científicamente complejo poder asegurar por qué específicamente un niño es autista.
Introducción del término “autismo”
El término “autismo” comenzó a utilizarse en el ámbito de la medicina en el año 1912 y su introducción se le atribuye al psiquiatra suizo Paul Eugen Bleuler. Sin embargo, se recuerda que en el ámbito popular dominicano y en la década de los 80, era extraño que se hablara del autismo.
Particularmente recuerdo mis años escolares en los que había niños muy inquietos y jodones que los maestros no lo aguantaban en las aulas. Por lo regular, se decía “ese niño no es normal”.
Todos los niños que no se adaptaban al grupo eran catalogados como que tenían problemas mentales, “sin ningún apellido”. No recuerdo que se dijera que ese niño era autista. Y sí era común decir: es atrasado o retrasado, mudo o no habla, loco o medio loco, tonto o especial o inquieto; en general, era un infante con algún tipo de problema que con el avance de la ciencia posteriormente ha sido clasificado con un nombre de trastorno específico.

¿El autista nace o se hace?
Los factores genéticos implican que se nace con autismo. Y los factores epigenéticos se corresponden más con que el niño se hace autista después de nacer. Esto significa que el autista nace y/o se hace. El fenómeno ocurre esencialmente durante la gestación de la madre y/o los primeros meses de nacido el individuo.
Es imposible entender y tratar efectivamente el autismo al margen de la química
Todas las ideas anteriores están estrechamente vinculadas con el ácido desoxirribonucleico (ADN), el cual es una molécula química gigante necesaria para el desarrollo, funcionamiento, crecimiento y reproducción de todos los organismos vivos.
La epigenética estudia cómo el ambiente puede modificar la expresión de los genes, recuerde que los genes son una parte del ADN.
Cuando los genes modifican su expresión pueden activarse o desactivarse, y esto provoca que ejecuten o dejen de ejecutar sus funciones.
El autismo se genera justo en el momento en que se suspenden algunos procesos metabólicos (reacciones químicas) que evitan que el cerebro se desarrolle con normalidad. Esto ocurre cuando el ADN o, expresiones génicas particulares no cumplen con su función de proporcionar las sustancias químicas que el cerebro necesita en ese momento.
(Continuará…)
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