Fuente: Agencias.
WASHINGTON.- El Departamento de Estado de Estados Unidos podría iniciar este viernes una oleada de despidos masivos con el objetivo de reducir su estructura administrativa que, según autoridades, se ha vuelto «inflada», en un movimiento que ya genera preocupación entre diplomáticos, expertos y analistas por sus posibles implicaciones en la política exterior estadounidense.
De acuerdo con una comunicación interna enviada el jueves y revisada por la agencia EFE, la notificación oficial advierte que los despidos comenzarán «pronto», con comunicaciones directas a los empleados afectados que podrían llegar incluso este mismo viernes, afectando tanto al personal del Servicio Civil como del Servicio Exterior.
Fuentes cercanas al Departamento indicaron que planean despedir de forma casi inmediata a más de 1.000 empleados del Servicio Civil y a más de 200 diplomáticos del Servicio Exterior, lo que ha desatado inquietud entre trabajadores y sindicatos que denuncian la falta de transparencia y el impacto en la operatividad de la diplomacia estadounidense.
Las autoridades pondrán en baja administrativa a los empleados afectados, aunque eliminarán algunos puestos menos protegidos en apenas 24 horas, reflejando la urgencia y el carácter drástico de las medidas adoptadas tras un fallo judicial que habilitó la reestructuración.
Recortes laborales y proyección internacional
Actualmente, el Departamento de Estado cuenta con aproximadamente 18.000 empleados con base en Estados Unidos, y estimaciones internas prevén que hasta un 15 % de esta fuerza laboral podría quedar fuera como resultado del proceso, aunque por ahora no se espera un impacto inmediato en los niveles de personal en misiones diplomáticas en el extranjero.
No obstante, fuentes del diario The New York Times advirtieron que aunque por ahora esos puestos no serían recortados, las asignaciones en las misiones internacionales se encuentran bajo revisión, generando temor a nuevas rondas de despidos que podrían afectar la proyección diplomática del país.
El secretario de Estado, Marco Rubio, ha justificado la medida al señalar que la estructura actual del departamento es «inflada». Que los cambios son necesarios para eliminar lo que considera empleados con una «ideología política radical». Alimentando críticas de politización y purga ideológica dentro de la burocracia federal.
Rubio ha argumentado públicamente que se requiere una transformación profunda. Para garantizar que el Departamento de Estado sea más eficiente y responda mejor a los intereses de la administración. Aunque sus declaraciones han generado divisiones incluso entre antiguos funcionarios republicanos que temen un debilitamiento de la capacidad negociadora de la diplomacia estadounidense.