La brevedad, la clave de una buena redacción

Estamos viviendo en un mundo «hipercomunicado». Nunca como ahora el ser humano ha tenido a su alcance tantas formas y medios de comunicar sus ideas.   Además, nunca nuestro cerebro había recibido un bombardeo tan constante de mensajes. (Si vamos conduciendo nuestro vehículo saltan a nuestra vista cientos de vallas publicitarias al tiempo que escuchamos  radio con otra diversidad de mensajes.  Y constantemente suena la campanita que indica que ha entrado un nuevo escrito o nota de voz a nuestro whatsapp).

Por ello,  si deseamos que nuestra voz siga escuchándose en este congestionado mundo, debemos simplificar y acortar nuestros mensajes.

Los periodistas antiguos consideraban que para que un texto tuviera fuerza había que «desarrollarlo» y «fundamentarlo» profusamente.  Ahora, resulta lo contrario:  lo importante es sintetizarlo y utilizar la menor cantidad de palabras. (Al final de cuentas, la meta es comunicar el mensaje de la manera más rápida y clara).

Ya Twitter ha probado que con 280 caracteres se puede comunicar una idea.  Y Donald Trump ha provocado una revolución en las comunicaciones al demostrar que con mensajes sumamente cortos, a través de esta red,  se puede (para bien o mal) movilizar el mundo, al margen de las «grandes cadenas» y otros medios tradicionales.

“Lo bueno, si breve, dos veces bueno”

La frase “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”cuyo autor es el escritor español Baltasar Gracián (8 de enero de 1601-6 de diciembre 1658), debería ser el norte de todo el que redacta un texto.  Se trata de cinco palabras que encierran una gran verdad, pues lo bueno no necesariamente debe ser extenso. (Las grandes frases de la historia así lo demuestran; a pesar de que son sumamente breves, encierran un inmenso contenido. Ej:  “Sólo sé que no  sé nada”, “Ser o no ser”, “Vine, vivo, vencí”).

Si “la  distancia más corta entre dos puntos es la recta que los une”, debemos escribir siempre en “línea recta”, tratar de llegar de inmediato al punto final, es decir, llevar nuestro mensaje al público lo más pronto posible, sin perder tiempo.

Tan pronto concluimos un escrito debemos “podarlo” y “limpiarlo”, eliminarle las palabras de más, hacer lo mismo que un escultor, que primero da forma a su obra y luego le elimina rugosidades.

Bienvenido Díaz Castillo, profesor de Lengua Española de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo,  en su “Curso Básico de Redacción Let 0-12), dice:

“Siempre se debe cortar, podar, limpiar el estilo. Para ser conciso hay que evitar la profusión de palabras, las frases inútiles, las introducciones innecesarias y las terminaciones infantiles”.

Cuando se usa la menor cantidad de palabras, el texto adquiere fuerza y el mensaje llega más claro y rápido.

Debemos asumir la creencia de que pagaremos por cada palabra y  que, si usamos pocas, ello será importante para nuestros bolsillos. Esto es extensivo a cualquier texto.  El siguiente es, por ejemplo, el texto de un anuncio clasificado para promocionar la venta de un automóvil:         

«Vendo un automóvil marca Toyota Cammry del año 2001, color gris metálico, por el precio de RD$330 mil.  Interesados favor llamar a Juan Pérez al teléfono número 809-694-2511».

A simple vista este texto luce bien, pero tras un análisis comprobaremos que podemos ahorrar muchas palabras, sin alterar el mensaje:     

«Vendo un automóvil marca Toyota Cammry del año 2001, color gris metálico, por el precio de RD$330 mil.  Interesados favor  llamar a Juan Pérez al teléfono número 809-694-2511″.

El mensaje depurado sería el siguiente:

Vendo  Toyota Camry   2001, gris metálico, RD$330 mil. Juan Pérez 809-694-2511.   

En la jerga diaria encontramos una serie de nombres y expresiones que debemos simplificar. Ej:

En lugar de “El Ministerio de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos ”, es preferible “El Ministerio de Educación”.

En vez de “El Ministerio de Estado de Salud Pública y Asistencia Social” es mejor “el Ministerio  de Salud” o simplemente “Salud Pública”.

La Policía Nacional – La Policía

El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro 

Acogerse a la jubilación – Jubilarse

Renunció a su cargo – Renunció

Emprender la fuga – Fugarse

Enfrascarse en una discusión –Discutir

Hacer uso de la palabra- Hablar

Dar muerte a una persona – Matar

Resultaron muertos – Murieron

En el día de hoy – Hoy

En el mes de diciembre – En diciembre

El día miércoles – El miércoles

Las 24 horas del día – Las 24 horas

Siempre quien redacta un texto debe:

1.- BUSCAR LA SENCILLEZ Y DESECHAR LAS PALABRAS COMPLICADAS. Según el Diccionario de la Real Academia, “sencillo es simple, sin lujo, sin complicación, fácil de comprender, exento de artificio o afectación, de carácter natural y espontáneo”.  En todo momento el mensaje debe ser apto para todo público (de diferentes edades y niveles culturales).

2.- ESCRIBIR PARRAFOS QUE NO EXCEDAN DE TRES LINEAS Y MEDIA. Una forma práctica para simplificar los textos es limitar la extensión de los párrafos a no más de tres líneas con una sola idea en cada uno y evitar los incidentales (idea dentro de otra idea).

3- TOMAR EN CUENTA LA MUSICA DE LAS PALABRAS, bajo el convencimiento de que ello facilita la lectura.

4.- EVITAR TODO LO QUE CONFUNDA. No usar términos que tengan más de una interpretación.

5.- ENTRAR EN MATERIA LO ANTES POSIBLE Y DESTACAR CUANTO ANTES LA ACCION.

6- EVITAR LA REPETICION DE INFINITIVOS (verbos que terminan en AR, ER, IR), lo cual retrasa la acción. Los infinitivos son sustantivos verbales y por tanto son más estáticos que los verbos.

7- DAR PREFERENCIA A LAS PALABRAS MAS BREVES, desechar las largas. Ejemplo, en vez de “solamente” es preferible “sólo”, en lugar de “mínimamente” es mejor “mínimo”.

8.-  SOLO USAR SIGLAS CUANDO SE TRATA DE INSTITUCIONES MUY CONOCIDAS (FBI, EUA, OEA, DEA, UASD, CDP, DNCD).

9.- EVITAR LAS CACOFONIAS (vicio del lenguaje que se forma cuando el final de una palabra coincide con el inicio de la próxima.) “No se por qué está tan tonto Tomás”.

10.- EVITAR LA ALITERACION (repetición de uno o varios sonidos parecidos o iguales en una misma frase: “La redacción de la Constitución de la nación”.