Resulta innegable que la actividad física es una herramienta para controlar, mantener y mejorar la salud y el bienestar, teniendo en cuenta entre sus múltiples beneficios: una mejor condición cardiopulmonar, muscular, metabólica, el fortalecimiento del sistema inmune, la reducción de los niveles de estrés y ansiedad, entre muchos otros.
De hecho, la inactividad física fue definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el cuarto factor de riesgo para las enfermedades no transmisibles. En el mundo, uno de cada cuatro adultos y tres de cada cuatro adolescentes (de 11 a 17 años) no cumplen las recomendaciones mundiales relativas a la actividad física establecidas por la OMS.
Se estima que en el mundo podría evitarse la muerte de más de 5 millones de personas si la población general cumpliera con las recomendaciones de actividad física.
En el marco del Día Mundial de la Actividad Física, que se conmemora el 6 de abril, Darío Escobar, médico endocrinólogo, coordinador de la Red Colombiana de Actividad Física, asegura que “es tan grave no hacer actividad física como mantenerse sedentario todo el día. Una persona que realiza una hora diaria de actividad física de intensidad moderada a vigorosa borra los beneficios de esta actividad si luego se sienta a trabajar de forma continua en su computador por 8 a 10 horas seguidas”.