«Misión imposible» se presenta con éxito en RD

Fuente: Externa.

Así ha sido el cambio físico de Tom Cruise desde la primera película de “Mission Impossible” hasta el final de la saga.  

Con una duración de casi tres horas, aunque no será la película más larga del verano, “Mission: Impossible – The Final Reckoning” satisface de sobra a quienes buscan liberar adrenalina. Y con solo tres secuencias o momentos de inagotable acción, satisface también a quien espera ver retribuido el precio de su boleta.

Una persecución a gran altura

Antes de Ethan Hunt, el personaje protagónico de esta serie cinematográfica, Tom Cruise interpretó a otro héroe de acción, Maverick en la película “Top Gun”, donde ya podíamos ver su fascinación por los aviones y las destrezas a gran altura.

Aunque, según el actor, todo comenzó a los tres años y medio de edad, cuando solía subir a los árboles y desde arriba disfrutar del viento en su cara.

Se supone que “La sentencia final”, como se conoce a este nuevo capítulo de “Misión Imposible” en América Latina, es un cierre de ciclo para esta franquicia. Por este motivo, el agente Hunt no podía despedirse sin antes realizar una nueva y arriesgada escena en el aire.

Pero hoy, conociendo los nuevos récords de ingresos de taquilla en sus primeros días de estreno, dudo que este sea el punto final para el agente Hunt.

Para no caer en spoilers, evitamos dar detalles sobre el origen de esta secuencia aérea más que el hecho de que involucra a dos biplanos y a un Tom Cruise colgado de un ala.

Según el equipo de producción, la secuencia se grabó a 10.000 pies de altura, con vientos de gran intensidad y maniobras que buscaban sacudir al protagonista. Los pájaros de la zona y la nubosidad hicieron aún más complicada la maniobra.

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Paramount Pictures y Skydance

Una asfixiante misión acuática

Para la escena que se desarrolla bajo el agua y en la que Hunt debe ingresar a un submarino hundido y abandonado, la idea original vino de la obsesión que el director Christopher McQuarrie, con quien Cruise comparte el crédito de productor, tiene desde pequeño con las películas sobre estas monstruosas naves sumergibles.

La preparación de este momento, que podría funcionar como una película por sí sola, tomó años y obligó al director y a Cruise a trabajar directamente con los departamentos de diseño de vestuario, iluminación, sonido, diseño de producción y muchos más, para determinar cómo capturar completamente en cámara una “secuencia inconcebible”, según la producción.

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Paramount Pictures y Skydance

Llevarlo a cabo implicó que los productores supervisaran la construcción, durante cuatro meses, de un tanque que hoy es considerado uno de los más profundos de Europa.

Aquí no solo fue Cruise quien tuvo que desarrollar una inmensa capacidad pulmonar ya que McQuarrie decidió acompañarlo bajo el agua. Aunque no era necesario que lo hiciera, consideró más práctico dar sus instrucciones allí abajo y no esperar a que el actor volviera a la superficie, demorando aún más el rodaje.

Para Cruise implicó actuar a gran profundidad por largos períodos —en una oportunidad hasta por una hora y cuarto— y utilizando una máscara que limitaba el oxígeno que llegaba a sus pulmones. La hipoxia, que se define como un déficit de oxígeno en un organismo, era un riesgo.

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Corre, Ethan, corre

La última no es una secuencia específica de “The Final Reckoning”, sino más bien la suma de varios momentos donde Ethan Hunt corre y sigue corriendo. Es algo que películas como “Run Lola Run” (1998) o “North by Northwest” (1959) han sabido aprovechar, contagiando a la audiencia del estrés vivido por el protagonista o haciendo de esas imágenes un momento imborrable de la historia del cine.

Quizá hay toda una explicación más científica para ello, pero ver correr a Tom Cruise es un deleite.

En esta película, destacan sus productores, lo hace en un lugar emblemático donde, supongo, no cualquiera tiene la posibilidad de lograrlo: los alrededores del parlamento británico y sobre el puente de Westminster.

Es algo que me recuerda a otra película de Tom Cruise, “Vanilla Sky” (2001), cuando su personaje se baja de un hermoso Ferrari 250 GTO para salir corriendo por una Times Square vacía.

Si efectivamente Cruise nació para correr, saltar, escalar y volar, dudo, repito, que “The Final Reckoning” sea una despedida.