Por Víctor Bisonó, político y funcionario de RD.
La democracia dominicana es un logro valioso que debemos continuar protegiendo y fortaleciendo. Hace 13 meses, los dominicanos acudimos libremente a las urnas para escoger el rumbo que consideramos más conveniente para el país. Esta acción puede parecer trivial, pero perderíamos de vista que lo que aquí hemos logrado, para otros pueblos sería un milagro.
Debemos sentirnos orgullosos del camino patriótico que hemos podido emprender, gracias al liderazgo sensato y a la participación consecuente de los dominicanos. Mientras vemos estallidos sociales y atentados criminales en otros países, aquí llevamos ya cuatro décadas sin experiencias similares, optando siempre por la vía institucional que establecieron nuestros fundadores. La sociedad dominicana prefiere reafirmar su vocación democrática y afianzar este valor en momentos complejos. Los aventureros extremistas no encuentran terreno fértil en esta sociedad que valora la democracia y la libertad.
Quise comenzar reconociendo esto pues, aunque la democracia es mucho más que elecciones, esta solo puede florecer cuando hay libertad para elegir. Hoy quiero enfocarme en la importancia que trasciende las urnas y compartir con el lector sobre algo más importante que las próximas elecciones, como decía Winston Churchill con mucha claridad, que los estadistas eran aquellos cuya principal preocupación no era el inmediatismo, sino el porvenir, o sea las próximas generaciones.
Durante 18 años en el Congreso Nacional, representando una bancada reducida, siempre me mantuve abierto al diálogo, al consenso y al trabajo conjunto.
Eso me permitió tener una impronta de producción legislativa de la cual me siento orgulloso, junto a mis colegas de todos los partidos. Hoy me siento más optimista sobre el futuro de la República Dominicana gracias al panorama institucional que vamos forjando.
Soy un optimista que se preocupa y se ocupa, trabajando para lo mejor, sin perder de vista todos los obstáculos que podemos encontrar en el camino. Desafíos estos que nos corresponde enfrentar con visión, firmeza y también unión, la cual no debemos confundir con sumisión.
Hace tres ciclos electorales que he apoyado al presidente Luis Abinader, decisión que tomé al sentir afinidad por un líder que cree firmemente en los valores republicanos. Esto quedó de manifiesto con las recientes reuniones que nuestro primer mandatario celebró junto a sus tres antecesores para abordar uno de los mayores retos del país, la presión que significa la inestabilidad en Haití.
La democracia dominicana es un legado que debemos proteger y fortalecer para garantizar un futuro próspero y justo para las generaciones venideras. Ahora que comenzamos a trabajar sobre este tema en las diferentes mesas de diálogo en el CES, quiero celebrar que el gobierno piense en el futuro de la nación y con el acompañamiento de los expresidentes se trabaje con la visión puesta hacia las próximas generaciones. Es fundamental que sigamos trabajando juntos para consolidar nuestra democracia y asegurar un futuro brillante para la República Dominicana.