Por: Felix Santana, administrador financiero de RD.
Se puede decir que la corrupción es consustancial a la naturaleza del ser humano. Niños sin aun tener uso de conciencia o razón, es frecuente ver como algunos de éstos se adueñan por simple instinto de un juguete, lápiz, dinero u otros objetos ajenos, teniendo sus parientes que pedirle explicación del origen de tales hallazgos.
Pero también, ¿cuántos niños, jóvenes y adultos durante sus años de estudios no llevaron una ayuda o chivos para pasar o liberar una materia?
Conducta humana incorrecta, que de no ponérsele coto a tiempo se formarían personas que para alcanzar algún objetivo o meta, entenderían que sí obtuvieron éxito mediante malas acciones alguna vez, consideran que es una conducta correcta también para hacerse rico o millonario a través de la ley del menor esfuerzo o corrupción.
Conforme la Organización Latinoamérica y el Caribe de Entidades Fiscalizadoras superiores (OLACERS), la corrupción es un fenómeno dinámico que toma diferentes formas según el contexto social, político y cultural de cada país. Por ello, no es tarea fácil encontrar una definición universalmente aceptada del fenómeno.
La convención de las Naciones Unidas contra la corrupción (UNCAC, por sus siglas en inglés) brinda un primer acercamiento, identificando una serie de conductas que se consideran corruptas. Estas son normalmente aquellas que se tipifican como crímenes o delitos en los marcos jurídicos nacionales: fraude, cohecho, soborno, malversación, entre otras.
La ONG, Transparencia Internacional, entiende que la corrupción es el abuso de poder para beneficio propio. Esta definición permite estudiar la corrupción tanto fuera como dentro de las instituciones públicas y más allá de tipos penales específicos, al mismo tiempo que se adapta a la evolución de conductas previamente normalizadas y que con el tiempo se pueden percibir como corruptas.
Hay tres niveles que permiten categorizar diferentes conductas que pueden percibirse como corruptas: delitos contra la probidad administrativa: 1-malversación y fraude al fisco, cohecho y soborno, 2- irregularidades administrativas: mal uso de información privilegiada, utilización de cargo para beneficios indebidos, nepotismo, tráficos de influencias o conflictos de interés, 3-Inobservancias éticas: odios o discriminación, procrastinar en el desempeño de las tareas diarias, utilizar materiales de la oficina para fines personales, falta de prolijidad en el trabajo diario.
Entender la corrupción en un sentido lato o amplio, incluyendo las irregularidades administrativas y las inobservancias éticas, permiten ver con mayor claridad que las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) tienen un rol crucial en la prevención y lucha contra la corrupción.
Estas son capaces de prevenir e identificar irregularidades mediante sus atribuciones de control y sanción, además de fortalecer una buena administración mediante la provisión de información técnica e independiente, junto con ello, el rol que juegan en la promoción de la ética e integridad pública permite combatir las inobservancias éticas, que, si bien muchas veces no constituyen actos de corrupción, sí configuran un ambiente permisivo que eventualmente puede propiciar hechos más graves.
La presidencia de la Comisión Técnica de Lucha Contra la Corrupción Transnacional de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS), sostiene que la transparencia y la rendición de cuentas son principios fundamentales de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS).
El fenómeno de la corrupción es una problemática que suscita una creciente preocupación en América Latina y el Caribe.
Esto corroe las democracias y las capacidades estatales para responder a las necesidades de la población, afectando principalmente a las personas en situación de vulnerabilidad.
En el marco del esfuerzo colectivo de cooperación internacional multilateral en su lucha contra la corrupción, el gobierno dominicano que preside el ciudadano presidente de la República Dominicana, Luis Rodolfo Abinader Corona, desde que se terció la banda presidencial el 16 de agosto de 2020, asumió el compromiso como política, principio familiar, convicción personal y familiar, luchar denodadamente contra este terrible flagelo como lo es la corrupción, fenómeno tan pernicioso que deja muchos niños y adultos sin un buen servicio de salud, educación, vivienda y hasta sin un mendrugo de pan.
El primer mandatario de la nación dominicana en distintas entrevistas ofrecidas a los medios de comunicación antes y durante su mandato ha prometido acabar con la corrupción, expresando que en su gobierno no habrá, ni se permitirá corrupción y, así ha sido en los hechos, pues los pequeños conatos de corrupción que han surgido en los tres años de desempeño de su gestión han sido erradicados de cuajo, dejando la lectura ejemplar, explícita y comprensiva a todos sus funcionarios y a todos los dominicanos, que aquel que le toque a los recursos del erario sean pocos o muchos será destituido y sometido a la justicia, sin importar el grado de compañerismo o amistad que existan entre ellos y su persona.
Se recuerda que lo primero que hizo al ascender al solio presidencial fue designar un Ministerio público totalmente independiente y fortalecer la Contraloría General de la República en la lucha contra la corrupción.
Como nada es perfecto, solo Dios, la administración Abinader se ha empeñado en eficientizar en más de un 90% el gasto, haciendo buen uso de los recursos del Estado mediante un gobierno austero y frugal con el propósito de que los exiguos recursos que ingresan al erario sean bien distribuidos justa y equitativamente entre todos los dominicanos.
La lucha ha sido titánica al extremo de que el brazo derecho del control interno del gobierno o Contraloría General de la República, lleva a cabo gran cruzada de capacitación de todo su personal, mediante nuevos software, normativas, mayores controles de las órdenes de pagos o libramientos y un eficiente registro de contratos de bienes, servicios y obras a favor de todos los dominicanos.
Así también, acciona previniendo el fraude a través de la Unidad Antifraude detectando y midiendo los riesgos de fraudes y a través de la Unidad de Auditoría Interna, la Contraloría aplica más auditorías en todas las instituciones del gobierno central, con el propósito de fiscalizar el uso del dinero del erario, fortalecer los controles internos de las instituciones y recomendar mejoras en la gestión administrativa y financiera de cada ministerios, direcciones, entidades descentralizadas, autónomas, empresas públicas de la seguridad social, empresas del gobierno no financiera, los gobiernos locales y distritos municipales.
El gobierno del presidente, Luis Rodolfo Abinader Corona, ha sido tan eficiente, honesto, pulcro e inmaculado ha motivado a organismos internacionales a elogiar el estilo de gobernar del presidente, Luis Rodolfo Abinader Corona, por ser ejemplo en el manejo de las finanzas públicas e inspirar confianza y seguridad, a los inversionistas nacionales e internacionales y a todo el pueblo dominicano
La gestión Abinader, es todo un modelo de honestidad, laboriosidad, humildad, transparencia y de rendición de cuentas claras, estilo de gobernar que le garantizan desde ya un nuevo mandato de cuatro años por la eficiente y efectiva gestión de gobierno que ha desempeñado, dejando prácticamente sin discurso a toda la oposición, pues sus integrantes no saben que decir, limitándose a resaltar nimiedades sin valor pena ni electoral.
Es duro para la oposición política, que a 5 meses de unas elecciones municipales y a 8 meses de unas elecciones congresuales y presidenciales, no encontrar qué decirle a la población o que criticar con fundamento contra el gobierno.
Por ello se entiende la desesperación y la frustración que exhiben los políticos de la oposición, pues el tiempo se les acorta para poder armar un proyecto electoral exitoso que pueda convencer a los dominicanos.
La honestidad, coherencia en su discurso, transparencia en su lucha contra la corrupción y humildad del presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, se reafirma y se comprueba una y otra vez, como el pasado viernes 18 de los corrientes cuando convocó su consejo de ministros y les solicitó abstenerse por todos los medios no usar los recursos del Estado en campaña electoral.
Al evaluar sin apasionamiento todas las ejecutorias de la administración Abinader, las 28 encuestas que a la fecha lo dan como ganancioso, además decir que el presidente Abinader será reelegido cuatro años más, sin discusión.
El próximo año 2024, se reafirmarán los tres golpes como dicen popularmente los dominicanos en el desayuno, que en vez de ser: huevos, salami y queso serán: elecciones municipales, congresuales y presidenciales.
felix.felixsantana.