Por: Felix Santana García García, administrador financiero de RD.
La República Dominicana país de economía abierta, inserta en un mundo globalizado, expuestas a los vaivenes económicos, políticos, sociales y tecnológicos mundiales aún resiste los cambios de precios de los commodities, insumos o bienes básicos, materias primas o todo tipo de insumos necesarios para la producción, comercialización y servicios que requieren los consumidores.
Muchas veces con un interés inusitado de políticos, agentes económicos y público en general, desconocedores de los efectos de las variables económicas y financieras exógenas, atribuían a la política fiscal y monetaria del actual gobierno que los precios de bienes y servicios fuesen altos casi irresistibles, cayendo muchas veces en la inconsecuencia o en la irracionalidad.
Comportamiento y pronunciamiento que llegaban a los sectores menos informados, culpando de todo lo que ocurría en el orden de los precios a las Autoridades Gubernamentales, cuando básicamente se debía a la situación económica y financiera internacional.
A raíz del comportamiento de los precios hacia el alza, los bancos centrales se vieron en la necesidad de actuar a través de su política de mercado abierto, en el marco de la política monetaria, aumentando los tipos de interés, a los fines de contrarrestar el aumento sostenido de los precios, a través de una menor disminución de la cantidad de dinero en mano del público, provocando la caída de la demanda de bienes y servicios.
Lo anterior ralentizaba el comportamiento de la economía, pero ante la situación desesperante del alza de los precios, la literatura económica recomienda un constreñimiento en la cantidad de dinero que persiguen bienes y servicios, que presionan el aumento de los precios.
Mientras por el lado de la política fiscal, las decisiones eran laxas o flexibles, a los fines de que los gastos sociales financiaran o estimularan la baja demanda, por la baja oferta, el alto desempleo, para que los más necesitados pudieran soportar los efectos de la baja circulación de dinero y por supuesto pudiesen tener capacidad de compra.
Pero la situación, después de haberse controlado la pandemia mejoró sustancialmente, aunque las amenazas de conflagraciones bélicas han dado lugar a que disminuya la producción, baja demanda de insumos, como ha pasado con el petróleo que las grandes naciones productoras, tal el caso de la China, con crisis inmobiliaria muy acentuada, hayan disminuido su demanda de este importante insumo.
Realmente la situación mundial actual, no está del todo bien pero debido a la caída de los precios del petróleo y con éste la producción, la baja de los precios de algunos productos y servicios en los Estados Unidos y países Europeos, entre otras naciones, como la República Dominicana, ha dado lugar que la banca central haya alcanzado un respiro de no seguir aumentando a través de su política monetaria los tipos de interés, que en vez de restringir el circulante han flexibilizado este estimulando la demanda.
La última edición del informe Commodity Markets Outlook del Grupo Banco Mundial, señala que los precios altos, los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos y otras perturbaciones han provocado que más de 725 millones de personas sufrieran inseguridad alimentaria en 2024.
Dicho informe resalta que los precios internacionales de los productos básicos caerán en 2025 a su nivel más bajo en cinco años, en el contexto de un exceso de petróleo que probablemente limite los efectos que provocarán control a los efectos que provocan un conflicto más generalizado en Oriente Medio.
Analistas económicos internacionales prevén que el próximo año la oferta mundial de petróleo superará la demanda en un promedio de 1,2 millones que solo se ha superado dos veces antes de la pandemia en 2020 y durante el colapso de los precios del petróleo en 1998.
Producto de estas alentadoras informaciones económicas y perspectivas de mediano y largo plazos, la entidad emisora dominicana ha anunciado por tercera vez la baja de la tasa de interés de política monetaria, siendo la última de 6.50% a 6.25%, lo que hará caer el costo del capital, lo que contribuirá a un mayor dinamismo económico, tal como se ha experimentado entre enero y septiembre 2024, lapso en el que la economía ha crecido 5.1% del PIB.
En verdad, son informaciones muy halagüeñas, que con una buena racionalización y calidad del gasto el país podría enrumbarse por senderos de progresos, aunque lamentablemente se dependa como nación de economía abierta, del comportamiento económico global pero con políticas monetarias y fiscales eficaces y oportunas se resistirán las turbulencias que periódicamente se suceden en el resto del mundo.
Sin lugar a dudas la excelente gestión financiera y económica, que ha aplicado el gobierno del ciudadano presidente, Luis Rodolfo Abinader Corona, es y será garante de que la República Dominicana pueda seguir transitando por un derrotero seguro, sin sobresaltos que pongan en situación delicada, la calidad de vida de los dominicanos.
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